Leyendas: La Mulata de Córdoba

La Mulata de Córdoba

 

Esta es la entretenida leyenda de La Mulata de Córdoba, uno de los relatos jarochos más contados por sus pobladores, una mujer con mágicos dones, que fue acusada injustamente.

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Guapa y encantadora, así era La Mulata de Córdoba, según la leyenda…

¿Habías escuchado de ella?, si no, ¡no te preocupes!, que aquí te la contaremos.

La leyenda de la Mulata de Córdoba nos cuenta una historia que es difícil de creer, pero que muchos aseguran fue de verdad.

Esta mujer misteriosa, poseía una belleza inigualable e inexplicable, pero lo que realmente la caracterizaba era su don para crear medicinas, así como manifestar tormentas y predecir eclipses.

Era tan hermética que nadie conocía a sus padres, pero sus rasgos mulatos eran tan finos, que no parecía ser de la región.

Trabajaba en el taller de un pintor de la época, donde aprendió de memoria los trazos para dibujar y crear hermosas pinturas y magnificas obras con solo observar el trabajo.

Los lugareños aseguran que la mulata era tan bella, que llevaba a la perdición a los hombres y causaba envidias entre las mujeres.

Esto desencadenó la furia de la gente, quienes comenzaron a rumorar que la mulata debía su belleza a la magia negra.

Entre las versiones que circulaban en la zona, era que desde las ventanas de su hogar, podía verse luces y escuchar música extraña.

Dichos cuentos llegaron a oídos de los miembros del Santo Oficio, quienes no dudaron en visitarla para asegurarse de los rumores.

Pero al acudir, se dieron cuenta de que se trataba de simples chismes, pues todo iba normal en casa de la mujer y cumplía con sus deberes cristianos.

Es a partir de aquí donde la leyenda de La Mulata de Córdoba comienza a tornarse extraña.

La Mulata de Córdoba fue vilmente acusada de ser una bruja, pero por su inigualable belleza, cuenta la leyenda que un hombre quiso enamorarla.

Se trataba de Martín Ocaña, el alcalde del lugar, quien al ver lo guapa que era La Mulata de Córdoba, intentó conquistarla con regalos y atenciones.

La mulata siempre lo rechazaba y procuraba no darle falsas esperanzas al hombre para que no pensara que accedería a sus encantos.

El alcalde, al darse cuenta del rechazo, dejó de tratar de enamorarla y la acusó de que le había dado un brebaje para que se enamorara perdidamente de ella.

Cuenta la leyenda que fue entonces cuando no dudó en denunciar a La Mulata de Córdoba para que la encarcelaran.

Lamentablemente la Inquisición le creyó al alcalde, por lo que rápidamente fue sometida a un calabozo en la cárcel de San Juan de Ulúa, Veracruz. 

Por las acusaciones que había recibido con anterioridad, no dudaron en declararla culpable por hacer hechizos y pactos con el diablo.

Pero también, fue condenada a ser quemada en leña verde frente a todo el poblado, debido a las frecuentes acusaciones sobre la magia negra.

La leyenda de la Mulata de Córdoba aún continúa, pues un día antes de ser quemada viva, le pidió a un custodio un pedazo de carbón para poder dibujar un barco en la pared.

El hombre, al ver que era su última noche viva, accedió a dárselo sin ningún problema.

Al amanecer, el carcelero entró al calabozo y admiró la obra de arte que había creado La Mulata.

Le dijo que era realmente increíble su dibujo, a lo que la mulata le preguntó si algo le faltaba a su barco, el hombre, aún sorprendido, solo contestó – ¡Que navegue! – y en ese momento, la mujer saltó al barco y desapareció en la inmensidad del dibujo.

El guardia quedó tan impresionado de lo que había sucedido, que murió al instante, mientras que La Mulata de Córdoba no fue vista nunca más; fue ahí donde quedó plasmada esta leyenda, una de las más contadas en la Región de las Altas Montañas.